El movimiento “slow life”
no es nuevo, nacía en Italia en los años 80, en el ámbito de la alimentación y como respuesta a la invasión de cadenas de comida basura en Europa, sin embargo, pronto se extendió a otras esferas de la vida, el ocio, el trabajo...
Resumiéndolo mucho, se trataría de buscar un equilibrio, una forma de vivir más despacio, sin tantas prisas y sin demasiados agobios.
La filosofía de vida “Slow” promueve las relaciones auténticas y nutritivas, el trabajo productivo pero que fomente la salud y el bienestar de los trabajadores, una alimentación más sana, una manera de viajar sin prisas y unos hábitos de descanso que nos permitan disfrutar de un nuevo estilo de vida más calmado y sosegado frente a los ritmos acelerados y estresantes a los que nos vemos sometidos.
Reconfigurar nuestra vida
Existen técnicas como el yoga o la meditación que nos pueden ayudar a vivir el presente más despacio. Pero también es importante cuidar otros aspectos tan simples como comer o hablar de forma más lenta, o volver a conectar con espacios más auténticos y naturales que nos ayudan a relajarnos.
Descansar más nos ayuda a trabajar mejor y cuidar nuestras relaciones nos proporciona una buena base para gestionar mejor las emociones.
La belleza de los espacios simples Rodearnos de espacios que generan calma y armonía también es muy importante, tanto en casa, en el trabajo o cuando estamos disfrutando de nuestro tiempo de ocio.
Es posible encontrar una buena imagen de la
tendencia 'slow life'
en los lugares para eventos como
Zen Suite & Garden
(Mos) dónde les ofrecemos espacios despejados a través de una
decoración depurada. Unas instalaciones pensadas para sentirnos en calma y desconectar del día a día.
Por eso, las estancias están liberadas de todo elemento superficial y se revisten de sencillez
y conceden importancia al aspecto funcional sin artificios.
Se trata de espacios de proximidad en los que se promueve el
equilibrio entre lo moderno y lo tradicional
y que abogan por un ritmo de vida desacelerado.
Parar el tiempo Vivimos pensando en un pasado que no podemos cambiar. Y tememos un futuro que no tenemos certeza alguna de que será como imaginamos. Por eso, el presente es lo único que tenemos y, por ello, no deberíamos dejarlo pasar.
El movimiento 'slow life' significa “saber parar el tiempo”
y es toda una filosofía de vida, una manera de entender el mundo que nos rodea y la manera en la que vivimos nuestro día a día. Saborear el presente disfrutando de cada momento.